Hay conductas que realizamos, algunas de forma consciente y otras totalmente inconsciente, que son verdaderas cargas de profundidad contra el proceso de comunicación. Por ejemplo:
• Interrumpir al que habla.
• Juzgar cada comentario que hace.
• Ofrecer ayuda que no nos ha solicitado.
• Quitar importancia a los sentimientos de la otra persona con expresiones como “no te preocupes por esa tontería”, “no te pongas así”, etcétera.
• Contar “nuestra anécdota” cuando el otro está aún hablando.
• Caer en el “síndrome del experto”: Saber lo que debemos contestar cuando el otro no ha hecho más que iniciar su relato.
muy interesante, hay que saber escuchar.
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